LA OBEDIENCIA DE LA IGLESIA LA HACE FAMOSA.
Rom 16:16 Salúdense entre ustedes con mucho cariño y afecto. Todas las iglesias de Cristo les envían sus saludos.
Rom 16:17 Queridos hermanos, les ruego que se fijen en los que causan pleitos en la iglesia. Ellos están en contra de todo lo que a ustedes se les ha enseñado. Apártense de esa gente,
Rom 16:18 porque no sirven a Cristo, nuestro Señor, sino que buscan su propio bien. Hablan a la gente con palabras bonitas, pero son unos mentirosos y engañan a los que no entienden.
Rom 16:19 Todo el mundo sabe que ustedes obedecen a Dios, y eso me hace muy feliz. Quiero que demuestren su inteligencia haciendo lo bueno, y no lo malo.
Rom 16:20 Así el Dios de paz pronto vencerá a Satanás y lo pondrá bajo el dominio de ustedes. ¡Que Jesús, nuestro Señor, siga mostrándoles su amor!
I. DESDE EL SALUDO SE DEMUESTRA EL AMOR Y LA UNIDAD. (Expresado, Sincero y Santo) V. 16
a. Saludarse entre hermanos con mucho cariño y afecto es evidencia de Amor fraternal.
b. Hay tres grupos de pasajes en los que el Nuevo Testamento se refiere al beso y/o a besar.
1. El primero se encuentra en Lc. 7:36–50, donde Jesús le dice a su anfitrión, Simón el fariseo: “Beso no me diste, pero ella (la pecadora), desde el momento en que entré no ha cesado de besar mis pies”. La lección es esta: no sólo debe haber afecto, sino que debe ser expresado. Debe haber alguna señal de afecto; por ejemplo, un beso.
2. El segundo está en Lc. 22:47,48 (cf. Mt. 26:47–49; Mr. 14:44–45). Jesús le dice a Judas: “¿Es con un beso que traicionas al Hijo del Hombre?” El amor no sólo debe ser expresado, sino que este amor debe ser verdadero; el beso debe ser sincero.
3. El tercero tiene que ver con el beso intercambiado entre los miembros de la comunidad cristiana, la iglesia. Es a este beso que se hace referencia aquí en Ro. 16:16 (1 Co. 16:20) y también, con transposición de dos palabras, en 2 Co. 13:12. No solamente debería haber un beso y no solamente debería éste ser símbolo de un afecto genuino, sino que también debería ser santo. En otras palabras, nunca debería involucrar a menos de tres participantes: Dios y las dos personas que se besan. El beso santo simboliza el amor de Cristo mutuamente compartido. El mismo es, claro está, y tal como lo indica 1 Pedro. 5:14, “un beso de amor”, y por consiguiente un beso de armonía, de paz. Si esto se entiende correctamente los creyentes no omitirán deliberadamente besar a aquellos que no le caen bien. Amarán aun a aquellos que no les gustan. El beso santo es para todos los miembros (1 Ts. 5:26).
II. LA UNIDAD ES VITAL PARA ESTAR EN GUARDIA CONTRA LO QUE TRAE DIVISIÓN Y DESOBEDIENCIA. V. 17-18.
a. La iglesia de Cristo, la santa, la verdadera. Debe tener cuidado con la gente que va provocando divisiones y dificultades. Pues se salen de la doctrina que han aprendido. La decisión debe ser alejarse de ellos.
b. Pablo no dice: “Oponganse a ellos”; ya que aunque algunos de aquellos a quienes se dirige podrían haber hecho esto con éxito, otros podrían haber sido fácilmente descarriados si entraran en debate. Por lo tanto Pablo insta a los hermanos (sobre esto véase Ro. 1:13; 7:1) a evitar totalmente a estos disidentes. El tenía plena conciencia de que la posibilidad de que algunos miembros pudiesen perder el rumbo era real si no seguían este plan de evitar estas personas, especialmente si se tienen en cuenta los astutos métodos empleados por los propagandistas, tal cual se los señala en el versículo.
c. Porque tales personas no sirven a nuestro Señor Jesucristo sino a sus propios deseos; y con suaves palabras y lisonjas engañan el corazón de los ingenuos. La expresión que se usa en el original y que se traduce “tales personas” contiene en este caso un dejo de desprecio. Quizá podría traducirse “gente de esta laya”, o “esta clase de personas”. Pablo evidentemente los considera impostores, charlatanes.
d. Al afirmar que: “tales personas no sirven a nuestro Señor Jesucristo sino a sus propios vientres”, es como si el apóstol dijese: “O servimos a nuestro Señor Jesucristo”—nótese la plenitud de este glorioso título—“o nos servimos a nosotros mismos. Hacer ambos a la vez es imposible. Rendimos nuestra lealtad al uno o al otro”. Cf. Mt. 6:24.
e. Cabe hacerse la pregunta: “¿Es la advertencia de los vv. 17, 18 todo lo que se necesita para hacer que aquellos a quienes se habla continúen viviendo vidas de gloria a Dios el Padre y al Señor Jesucristo (15:6), vidas ricas en bondad (15:14), y que estén de acuerdo con la enseñanza que han aprendido (16:17)?”
III. EL TESTIMONIO DE OBEDIENCIA DE LA IGLESIA LLEGA A TODO EL MUNDO Y PRODUCE FELICIDAD. V. 19.
a. Es evidente que el apóstol está mencionando otro incentivo para la conducta cristiana: la desviación del sendero de la fe y de la obediencia sería una gran desilusión, no sólo para Pablo mismo sino para los creyentes de todas partes. La fe de los romanos era mencionada por todo el mundo, lo que hace que el apóstol esté constantemente dando gracias a Dios por ellos y regocijándose por ellos (1:8).
b. “el informe de vuestra obediencia”. Obediencia es un término que a Pablo le gusta (1:5; 6:16; 15:18; 16:26). Para hacer más fácil que los oyentes-lectores continúen en el camino recto, el apóstol formula una regla simple y a la vez comprehensiva, a saber: pero quiero que sean sabios respecto a lo que es bueno e inocentes en cuanto a lo que es malo. Este pasaje inmediatamente trae a la mente varios otros textos paulinos, tales como 1 Co. 14:20; Fil. 2:15; y 1 Ts. 5:21,22; como también el conocido dicho de Jesús: “Por lo tanto, sed sagaces como las serpientes e inocentes como las palomas” (Mt. 10:16), lo que, sin embargo, no quiere decir que Pablo estuviese necesariamente citando a Jesús.
c. La sabiduría por la que Pablo aquí aboga es más que conocimiento. Es una cualidad espiritual a la vez que mental. Cf. Ro. 11:33. Es el resultado de la experiencia santificada. Pablo desea que los cristianos vivan de tal manera que sean capaces de elegir lo que es bueno ante los ojos de Dios, y que sean inocentes o sin malicia en cuanto a lo que es malo. Deben ser sabios para poder hacer y promover lo que es bueno, y no “mezclarse” con nada que sea, ante los ojos de Dios, malo.
d. En muchísimos pasajes la Escritura enfatiza la responsabilidad humana. Pero no se puede pasar por alto la soberanía divina. A fin y al cabo, el hombre nada puede hacer aparte de la fuerza que le imparte Dios. Un ejemplo aleccionador de cómo dar el debido reconocimiento a ambas verdades lo tenemos en la vida del joven David:
“David le dijo al filisteo: ‘Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina, pero yo vengo contra ti en el nombre del Dios Todopoderoso, el Dios de los ejércitos de Israel, a quien tú has desafiado. En este día el Señor te entregará en mis manos… para que toda la tierra sepa que hay un Dios en Israel’… Metiendo la mano en su bolsa, y tomando una piedra, la arrojó con la honda contra el filisteo dándole en la frente. La piedra se le clavó en la frente, y él [Goliat] cayó de cara al suelo” (1 S. 17:45–49, citado en parte).
David no se olvidó de atribuirle toda la gloria a Dios… ¡pero tampoco se olvidó de arrojar la piedra! A la inversa, aquí en Ro. 16:17–20, Pablo exhorta a quienes se dirige a hacer lo siguiente: estar en guardia… evitar… obedecer… ser sabios… y ser inocentes.
En otras palabras. ¡Hacernos cargo de nuestra responsabilidad! Pero él inmediatamente continúa enfatizando que para que haya alguna victoria— ¡y la habrá!—es Dios, y solamente él, quien la conseguirá.
IV. UNIDAD Y OBEDIENCIA ARMAS INFALIBLES PARA QUE SATANÁS SEA APLASTADO BREVEMENTE. V. 20.
a. ¡Dios ejercerá su voluntad soberana a favor de su pueblo! En cuanto al término “Dios de paz”, véase sobre Ro. 15:33. El apóstol ha estado hablando de los que causan divisiones, desacuerdos, luchas. Frente a ellos está el Todopoderoso, que es “el Dios de paz”. En relación con lo que este Dios de paz hará, se mencionan tres cosas:
1. Aplastará a Satanás. En otras palabras, cumplirá la promesa de Gn. 3:15. No Satanás sino Dios es el vencedor.
2. El los aplastará bajo nuestros pies. Los que son coherederos (8:17) son también co-conquistadores. Los santos participarán en la victoria de Dios sobre Satanás. Véase Ap. 19:13,14.
3. Lo hará pronto. En cierto sentido puede decirse que Dios está continuamente aplastando a Satanás. La victoria lograda en el Calvario fue por demás decisiva. El pasaje hace referencia a la victoria final, escatológica, de Dios sobre Satanás, una victoria que tendrá lugar cuando Cristo regrese con gloria (2 Ts. 2:8). Que esta gran bendición de los escogidos les será seguramente impartida pronto es algo que ya no presenta ningún problema verdadero. Véase sobre Ro. 13:11.
Rom 16:16 Salúdense entre ustedes con mucho cariño y afecto. Todas las iglesias de Cristo les envían sus saludos.
Rom 16:17 Queridos hermanos, les ruego que se fijen en los que causan pleitos en la iglesia. Ellos están en contra de todo lo que a ustedes se les ha enseñado. Apártense de esa gente,
Rom 16:18 porque no sirven a Cristo, nuestro Señor, sino que buscan su propio bien. Hablan a la gente con palabras bonitas, pero son unos mentirosos y engañan a los que no entienden.
Rom 16:19 Todo el mundo sabe que ustedes obedecen a Dios, y eso me hace muy feliz. Quiero que demuestren su inteligencia haciendo lo bueno, y no lo malo.
Rom 16:20 Así el Dios de paz pronto vencerá a Satanás y lo pondrá bajo el dominio de ustedes. ¡Que Jesús, nuestro Señor, siga mostrándoles su amor!
I. DESDE EL SALUDO SE DEMUESTRA EL AMOR Y LA UNIDAD. (Expresado, Sincero y Santo) V. 16
a. Saludarse entre hermanos con mucho cariño y afecto es evidencia de Amor fraternal.
b. Hay tres grupos de pasajes en los que el Nuevo Testamento se refiere al beso y/o a besar.
1. El primero se encuentra en Lc. 7:36–50, donde Jesús le dice a su anfitrión, Simón el fariseo: “Beso no me diste, pero ella (la pecadora), desde el momento en que entré no ha cesado de besar mis pies”. La lección es esta: no sólo debe haber afecto, sino que debe ser expresado. Debe haber alguna señal de afecto; por ejemplo, un beso.
2. El segundo está en Lc. 22:47,48 (cf. Mt. 26:47–49; Mr. 14:44–45). Jesús le dice a Judas: “¿Es con un beso que traicionas al Hijo del Hombre?” El amor no sólo debe ser expresado, sino que este amor debe ser verdadero; el beso debe ser sincero.
3. El tercero tiene que ver con el beso intercambiado entre los miembros de la comunidad cristiana, la iglesia. Es a este beso que se hace referencia aquí en Ro. 16:16 (1 Co. 16:20) y también, con transposición de dos palabras, en 2 Co. 13:12. No solamente debería haber un beso y no solamente debería éste ser símbolo de un afecto genuino, sino que también debería ser santo. En otras palabras, nunca debería involucrar a menos de tres participantes: Dios y las dos personas que se besan. El beso santo simboliza el amor de Cristo mutuamente compartido. El mismo es, claro está, y tal como lo indica 1 Pedro. 5:14, “un beso de amor”, y por consiguiente un beso de armonía, de paz. Si esto se entiende correctamente los creyentes no omitirán deliberadamente besar a aquellos que no le caen bien. Amarán aun a aquellos que no les gustan. El beso santo es para todos los miembros (1 Ts. 5:26).
II. LA UNIDAD ES VITAL PARA ESTAR EN GUARDIA CONTRA LO QUE TRAE DIVISIÓN Y DESOBEDIENCIA. V. 17-18.
a. La iglesia de Cristo, la santa, la verdadera. Debe tener cuidado con la gente que va provocando divisiones y dificultades. Pues se salen de la doctrina que han aprendido. La decisión debe ser alejarse de ellos.
b. Pablo no dice: “Oponganse a ellos”; ya que aunque algunos de aquellos a quienes se dirige podrían haber hecho esto con éxito, otros podrían haber sido fácilmente descarriados si entraran en debate. Por lo tanto Pablo insta a los hermanos (sobre esto véase Ro. 1:13; 7:1) a evitar totalmente a estos disidentes. El tenía plena conciencia de que la posibilidad de que algunos miembros pudiesen perder el rumbo era real si no seguían este plan de evitar estas personas, especialmente si se tienen en cuenta los astutos métodos empleados por los propagandistas, tal cual se los señala en el versículo.
c. Porque tales personas no sirven a nuestro Señor Jesucristo sino a sus propios deseos; y con suaves palabras y lisonjas engañan el corazón de los ingenuos. La expresión que se usa en el original y que se traduce “tales personas” contiene en este caso un dejo de desprecio. Quizá podría traducirse “gente de esta laya”, o “esta clase de personas”. Pablo evidentemente los considera impostores, charlatanes.
d. Al afirmar que: “tales personas no sirven a nuestro Señor Jesucristo sino a sus propios vientres”, es como si el apóstol dijese: “O servimos a nuestro Señor Jesucristo”—nótese la plenitud de este glorioso título—“o nos servimos a nosotros mismos. Hacer ambos a la vez es imposible. Rendimos nuestra lealtad al uno o al otro”. Cf. Mt. 6:24.
e. Cabe hacerse la pregunta: “¿Es la advertencia de los vv. 17, 18 todo lo que se necesita para hacer que aquellos a quienes se habla continúen viviendo vidas de gloria a Dios el Padre y al Señor Jesucristo (15:6), vidas ricas en bondad (15:14), y que estén de acuerdo con la enseñanza que han aprendido (16:17)?”
III. EL TESTIMONIO DE OBEDIENCIA DE LA IGLESIA LLEGA A TODO EL MUNDO Y PRODUCE FELICIDAD. V. 19.
a. Es evidente que el apóstol está mencionando otro incentivo para la conducta cristiana: la desviación del sendero de la fe y de la obediencia sería una gran desilusión, no sólo para Pablo mismo sino para los creyentes de todas partes. La fe de los romanos era mencionada por todo el mundo, lo que hace que el apóstol esté constantemente dando gracias a Dios por ellos y regocijándose por ellos (1:8).
b. “el informe de vuestra obediencia”. Obediencia es un término que a Pablo le gusta (1:5; 6:16; 15:18; 16:26). Para hacer más fácil que los oyentes-lectores continúen en el camino recto, el apóstol formula una regla simple y a la vez comprehensiva, a saber: pero quiero que sean sabios respecto a lo que es bueno e inocentes en cuanto a lo que es malo. Este pasaje inmediatamente trae a la mente varios otros textos paulinos, tales como 1 Co. 14:20; Fil. 2:15; y 1 Ts. 5:21,22; como también el conocido dicho de Jesús: “Por lo tanto, sed sagaces como las serpientes e inocentes como las palomas” (Mt. 10:16), lo que, sin embargo, no quiere decir que Pablo estuviese necesariamente citando a Jesús.
c. La sabiduría por la que Pablo aquí aboga es más que conocimiento. Es una cualidad espiritual a la vez que mental. Cf. Ro. 11:33. Es el resultado de la experiencia santificada. Pablo desea que los cristianos vivan de tal manera que sean capaces de elegir lo que es bueno ante los ojos de Dios, y que sean inocentes o sin malicia en cuanto a lo que es malo. Deben ser sabios para poder hacer y promover lo que es bueno, y no “mezclarse” con nada que sea, ante los ojos de Dios, malo.
d. En muchísimos pasajes la Escritura enfatiza la responsabilidad humana. Pero no se puede pasar por alto la soberanía divina. A fin y al cabo, el hombre nada puede hacer aparte de la fuerza que le imparte Dios. Un ejemplo aleccionador de cómo dar el debido reconocimiento a ambas verdades lo tenemos en la vida del joven David:
“David le dijo al filisteo: ‘Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina, pero yo vengo contra ti en el nombre del Dios Todopoderoso, el Dios de los ejércitos de Israel, a quien tú has desafiado. En este día el Señor te entregará en mis manos… para que toda la tierra sepa que hay un Dios en Israel’… Metiendo la mano en su bolsa, y tomando una piedra, la arrojó con la honda contra el filisteo dándole en la frente. La piedra se le clavó en la frente, y él [Goliat] cayó de cara al suelo” (1 S. 17:45–49, citado en parte).
David no se olvidó de atribuirle toda la gloria a Dios… ¡pero tampoco se olvidó de arrojar la piedra! A la inversa, aquí en Ro. 16:17–20, Pablo exhorta a quienes se dirige a hacer lo siguiente: estar en guardia… evitar… obedecer… ser sabios… y ser inocentes.
En otras palabras. ¡Hacernos cargo de nuestra responsabilidad! Pero él inmediatamente continúa enfatizando que para que haya alguna victoria— ¡y la habrá!—es Dios, y solamente él, quien la conseguirá.
IV. UNIDAD Y OBEDIENCIA ARMAS INFALIBLES PARA QUE SATANÁS SEA APLASTADO BREVEMENTE. V. 20.
a. ¡Dios ejercerá su voluntad soberana a favor de su pueblo! En cuanto al término “Dios de paz”, véase sobre Ro. 15:33. El apóstol ha estado hablando de los que causan divisiones, desacuerdos, luchas. Frente a ellos está el Todopoderoso, que es “el Dios de paz”. En relación con lo que este Dios de paz hará, se mencionan tres cosas:
1. Aplastará a Satanás. En otras palabras, cumplirá la promesa de Gn. 3:15. No Satanás sino Dios es el vencedor.
2. El los aplastará bajo nuestros pies. Los que son coherederos (8:17) son también co-conquistadores. Los santos participarán en la victoria de Dios sobre Satanás. Véase Ap. 19:13,14.
3. Lo hará pronto. En cierto sentido puede decirse que Dios está continuamente aplastando a Satanás. La victoria lograda en el Calvario fue por demás decisiva. El pasaje hace referencia a la victoria final, escatológica, de Dios sobre Satanás, una victoria que tendrá lugar cuando Cristo regrese con gloria (2 Ts. 2:8). Que esta gran bendición de los escogidos les será seguramente impartida pronto es algo que ya no presenta ningún problema verdadero. Véase sobre Ro. 13:11.